sábado, 28 de junio de 2014

+ de libros XXI ( FANTASMAS Y CÁLAMOS. Primera parte: Fantasmas en la Villa)



      V


      Me desvía de ti
      esta música de los campos
      del verano y las uvas
      próximas al delirio,

      música  en  la premonición
      de mi nombre que nadie sabe,
      tierra de música,
      granada espiga venenosa
      que me roba
      de nuestro sosegado juego.

      Canción de larga lengua:
      en mis encías hiende
      la embocadura de la leche
      de las cabras.

      Me adivina moverme
      deshonesta
      y ácida
      y baila mi vientre hasta el pozo
      de la embriaguez del liquen,
      y baila cada parte mía
      exageradamente yéndome
      al olvido.

      Comprendo ahora que no existe
      la muerte,

      que si camino por la casa
      de las abejas y las lombrices,
      y en mis pies desnudos se alojan
      los sabios animales del duelo
      por la vida,
      una muerte mortal no existe

      aunque yo me despida, Duino,
      y de fantasma de Pompeya
      crezca hacia la boca
      desesperadamente lejos,

      aunque llegue la muerte
      mañana
      con su lápida
      de lava
      y no te deje entrar
      y yo me aleje.

      Ah, canción de tierra,
      siringa o sinrazón o el cuello
      que doy por alimento,
      instrumento procaz,
      cítara de la tierra.


domingo, 15 de junio de 2014

XX + DE LIBROS ( EN LA PIZARRA UN POEMA)



    Para salir en la mañana
    a comprar

    -o tú, desde lejos,
    lumbre primera, si me escuchas
    reuniré la hechicería
    de los mirlos-

    o para encontrarse
    con cereal propicio, telas
    multicolores y los ramos
    de gladiolos y esterlicias

                       -si tú me miras creceré,
                       daré calor, convocaré
                       a las hormigas de la suerte-

    Para salir en la mañana
    a vivir, a medir el lado
    blando de lo manso: pequeños
    caprichos no son  más que un lazo,
    un tazón de azúcar sin cáscara,
    oler el aire en la carita
    del niño, y arrullarlo, hacerlo
    de vainilla…

    -tú, desde lejos, aproxímate,
    sal del secreto de las conchas,
    ven conmigo, plural exacto
    de la espera-

    Para salir en la mañana
    y conversar con las mujeres
    de obsidiana preciosa

                       -o tú,
    cuando desanudas la niebla,
    cuando la mañana favorece
    a los callados-

domingo, 8 de junio de 2014

+ de libros XIX ( Si ella nos mira)

Gisèle Freund
Frida Kahlo
GISÈLE FREUND FOTOGRAFÍA A FRIDA KAHLO


      Echo de menos el descanso
      momentáneo, la calada
      primera, despreciar el riesgo,
      aspirar otra vez y ser
      elegante antes de seguir
      con la tortura.

      Se vuelve hacia mí y me regala
      algo femenino y tenaz,
      una piedra roja y caliente
      con cualidades mágicas,
      algo femenino con curvas
      de una aflicción pulimentadas
      a fuerza de arenilla
      de llanto para adentro.

      Se vuelve hacia mí
      y me invita al pitillo, ¿quieres?
      Ya no fumo, diosa, me he vuelto
      cobarde,
      ni siquiera persigo el rastro
      del sexo azul de un hombre.

      No me escucha.

      Yo fumaré por ti, seré
      quien ame.

      Y esa sonrisa incrédula
      y durísima.

      Recobra el retrato del padre.

      Mueve el pincel, sentada, a pulso.
      Un jaguar de obsidiana sube
      por su espalda.