jueves, 25 de diciembre de 2014

Del libro CONECTADA



      El durazno de hueso duro
      prometiendo el árbol
      del aroma;

      la perita ercolina,
      crujiente y prieta cuando la abres…
      huele su hueco y saca
      su  grano con la punta
      de tu lengua…

      Picotas de un bocado,
      ¿ a que parecen la encarnada
      textura de mis otras guindas?

      Pero prefiero la naranja,
      Nap,
      mira, lo tiene todo a punto:
      golosina de zumo
      y dócil pulpa de ácido
      tejido
      sumiso al apetito
      de tu suave mordisco.

Editorial Celya. Tanto las imágenes como la portada son de Villarrubia.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Del libro SEXTO SENTIDO



      Durante toda la noche

      Ropa tendida
      bajo la lluvia:
      cuando escampe, se atiesará obstinada
      como cartón de niño, de disfraz
      de reina de las nieves.

      Una lluvia menuda
      que esponja la textura
      del algodón, las sábanas, banderas
      de una isla rubia
      donde sus habitantes acostumbran
      a soñar en secreto
      con vegetales ángeles de carne.
      Una lluvia que ocupa canastillas
      y se imagina
      madres de un tiempo ajeno a los rencores.

      Toda la noche empapa los tejidos
      del calcetín urgente
      igual que un lunes,
      de la ropa interior de una princesa
      frecuentada
      por la gente pequeña de los bosques.
      Pañuelos con adioses, con ardientes
      partículas de fiebre
      y de delirio,
      felpa de una cocina literaria
      al modo de un conjuro
      en los asados
      de la fiesta.

      Esta lluvia desea
      el trazo
      que doma el pelo de los escolares,
      que afina el vértice
      de un lacrimal
      o la gota
      que señala el almizcle
      en esa huertecita de los cuellos.

      Ropa tendida,
      bajo la lluvia, ropa habitada
      que tardará en secar
      pero habrá sido
      más amada que a un rey,
      más apreciada aún que a las sirenas.

      En ella se resumen
      los cinco océanos
      y la primera vida de la Atlántida.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Del libro FUERA DE SÍ LA ROSA











      Pues verte sonreír  como Isadora baila
      es la escenografía
      del preludio.
      Te descalzas los pies, te cuento que hay un bosque
      y ya no sé qué hablamos.

      Me olvido de tu gesto
      masculino;
      deseara ser hombre para enviarte ramos
      perfumados
      con un líquido malva.

      Tu boca se hace elástica igual que la cintura
      de Isadora:
      cada giro más blando,
      y la música en todos los besos que quisiera,
      transforma en natural
      el acercar mi mano
      hasta tus labios, introducir dos dedos,
      acariciar la parte
      rosada de tu boca,
      dejando a mi muñeca
      aprender de la danza.

      Pues pretendo ser tú,
      saber cómo resbala tu sonrisa a tu pelvis;
      que me dejen muy sola
      y entrañada por ti,
      tomando la armonía caliente de la música
      cuando Isadora baila
      y la convierte en peces.

      Volviendo a sonreír
      esa danza
      -donde sabes-
      se eterniza
      abriéndose y abriéndose.