domingo, 25 de octubre de 2015

De EN LA PIZARRA UN POEMA




      Para que la palabra ruede
      hasta los libros misteriosos
      donde Padre Punchau escribe
      la razón de los días,
      la vida que nos vive.

      Para que la palabra siempre
      llame. Padre Punchau nos hizo
      de un barro de palabras,
      nos pronunció, nos rescató
      de anfibios, nos secó despacio,
      vocalizó los nombres,
      nos separó del viento.

      Para que ruede y ruede, aroma
      de palabras, vieja sangre
      lustral… trabajos de vivir
      que nos escriben.

domingo, 18 de octubre de 2015

De ENTRA UN VIENTO DE OLOR CIRUELA...

      Ícaro de H. Matisse


      Ícaro

      Alcanzar los insectos que comen partículas
      lunares al amanecer,

      congregarse con los vencejos despreciando
      el sentido común, el lazo
      discreto de la insuficiencia,

      amar a la muchacha de Creta, 

      precipitarme hacia la altura
      y ser envidiada por pintores que envuelven
      de escarlata las zapatillas
      de bailar, esa danza efímera,
      ese regalo de vivir junto a los monstruos.

      Que me crezca la barba joven
      de Matisse atado a la cama.

      -Mira cómo recortamos en el color
      las algas minuciosas para el mar del cielo-

      Caer, que estalle el corazón,
      que se me abra el pecho de escarcha
      diciendo adiós al Everest.

      Yo soy más poderosa, soy
      más frágil.

lunes, 12 de octubre de 2015

DE CONECTADA




      Te envío mails
      cuando tu ventana
      está cerrada.

      Tal vez te amo o es mi deseo,
      o echo de menos tu lascivia
      o que no me distingo
      de la necesidad.

      Y te cuento banalidades, 
      por ejemplo:
      esta tarde, el contacto
      de la lana en mi espalda
      me estremecía
      como si tu lengua siguiera
      los islotes de mi columna;

      por ejemplo:
      me he dormido
      esta noche
      con la mano en el sexo
      imaginando
      que no hay lugar mejor
      para el descanso de tu mano
      después de amasarme
      y de cocerme.

      Y es que tal vez te escribo
      con la misma ansiedad
      que esa muchacha china
      cuando dice:
       *¿Quién  mirará y admirará mi hermoso rostro?


       *Del poema: Dedicado a mi amor. Zhang  Yaotiao. ( S. IX) Tomado del libro: Antología de poetas prostitutas chinas. Guojian Chen. Visor. 2010. Madrid.