viernes, 25 de marzo de 2016

De SI ELLA NOS MIRA

Vuelvo a poner este poema porque me impresionó ver el retrato de Julia Jackson,  su sobrina, la madre de Virginia Woolf
          JULIA JACKSON  FOTOGRAFIADA POR  MARGARET CAMERON


      La textura porosa de su tez. Quizá
      el tejido de la fotografía adquiere
      aspectos entre  un momento aún de la infancia
      y ese rasgo inicial, una altivez salvaje,
      adolescente.

      Los ojos muy claros, la sombra recogiendo
      el misterio
      que recorre la cabellera y luego vuelve
      a los labios apretados, a la distancia
      inglesa del mundo e imperceptibles torturas
      victorianas.

      ¿Qué sabemos de ella sino la seriedad
      de su belleza?

      ¿Qué heredad suya conocemos sumergiéndose
      en el Ouse?

      Ahora está a punto de ser acariciada,
      estremecerse su barbilla, recogerse
      el pelo, porque una madrugada, despacio,
      alguien le deshaga la trenza y le prometa
      una virtud,
      un sometimiento.
      Ahora, todavía arrogante, responde
      a los augurios.

      Separémosla
      de la hija suicida ni siquiera pensada.
      Escuchemos
      su gesto, su instante, su primera hermosura.
      Invitemos
      a su piel
      en el tacto
      desde la fantasmagoría de una foto
      del diecinueve
      hasta nuestra mano, que quisiera decir
      cuánto, de todo el tiempo, se adueñará
      su hija.



domingo, 20 de marzo de 2016

De MUEREN LOS DIOSES

Primeros poemas, allá por el 83 y de la mano de Carlos de la Rica



      Es la primera vez
      que amo la primavera.

      Es la primera vez
      que observo, huelo, palpo,
      deseo, siento al aire
      penetrar en mis labios.

      Su palabra inefable
      sentada sobre el arco
      de la lluvia en mi oído.

      Es la primera vez
      que el campo moribundo
      sonríe, canta, sueña.

      Los pájaros descienden
      a bañarse en los charcos
      y los niños oscuros
      tienen otra mirada.

      El cielo no es azul,
      y el júbilo del agua
      nos rescata del polvo.

      Es la primera vez
      que me primaveró
      la primavera.

sábado, 5 de marzo de 2016

De SI ELLA NOS MIRA


      Djuna Barnes


      EL BOSQUE DE LA NOCHE


      El brillo del alcohol de la Luna en la cabellera de Peggy Guggenheim, opulento brillo de quien se adorna con el pasador fatal de las coleccionistas,

      para verte bajar por la Quinta Avenida desde el abrazo irresistible de la muchacha que se embriaga con el ansia de los amantes de ambos sexos humedecida por el ron.

      Te sostiene el brillo de un ser pagano en el ingenio de una devoción que distingue la lozanía de un hombre, insensato en su desnudez, del terciopelo de  la muchacha,  más hermosa cuanto más se fustiga a sí misma.


      Para verte bajar, mi tórtola, cuánto te envidio, príncipe femenina, nunca jamás princesa.