lunes, 1 de mayo de 2017

De IDOLATRÍAS

      De Durero


      ESA MELANCOLÍA DE LA MEDIOCRIDAD


      Creyendo que los muertos,
      más tarde del legado,
      contarían
      su memoria...

      Pero la muerte
      es un recién nacido.

      Y afilando las plumas
      o mezclando las máscaras,
      seduciendo
      y una necesidad
      de conocer museos
      diferentes...

      Más tarde del legado,
      olvidando la pérdida
      de un idioma:
      nos hablan
      las santas mendicantes,
      el manto adamascado
      que embalsama la huella
      del conde de Castilla;
      nos hablan
      los relieves paganos
      de las cartujas,
      la lúbrica inicial
      de los beatos...

      No quiero que te sientas
      tan apesadumbrado,
      amor.

      Amo tu inmediatez
      de niño presumido,
      tu consistencia frágil...

      Si  todo se perdió
      no olvides la osadía
      tan propia de los sueños,
      no olvides a ese gato
      que sonríe en el bosque,
      no me olvides,
      amor,
      cuando vaya a nacer
      de entre los muertos...