domingo, 20 de agosto de 2017

De SALIR DE UN HOPPER





      SOL MATINAL

      Estuvo pelando huevos de codorniz,
      muchísimos, tantos como un nido olvidado
      de reptil arqueológico.
      Puso flores, las margaritas de las hadas.
      Comentó después, en la cena, que la noche
      carecería de eternidad sin ellas.

      Luego besó, limpió, durmió, quiso no abrir
       los ojos, no estar en este mundo o decirse
      tengo un buen amante, porque no soportaba
      el peso,
      su fruta más que madura, su redondez,
      la certeza,
      la consciencia del peso.

      Y cuando la luz le dio en la cara, la luz
      primera del verano, supo
      que se había quedado dentro de la noche,
      un huesecillo más con huesecillos mágicos
      de aire coagulado.

      Se irguió de estar tumbada y quieta, se sentó
      frente al sol. No la quemaba.







domingo, 13 de agosto de 2017

De FANTASMAS Y CÁLAMOS






      La barca




      Para el día siguiente de las vírgenes
      de agosto,
      como si nada hubiera sucedido
      en el desierto, en la brea de asfalto,
      mi cálamo dibuja
      su lentitud de río antes de lluvias
      que recobren el furor de fluir,
      y me balanceo en esta posada
      vestidura estival;
      apenas la intención de un movimiento
      me lleva,
      una atenuante
      caligrafía de agua se sucede
      y ni la rana ni el abejaruco
      -llamarada turquesa
      velocísima-
      se molestan
      en aquietar su absorto griterío.

      Como si nada hubiera sucedido,
      como si se durmiera mi barquero
      y la muerte callara en la calina,
      y tuviera la muerte
      una rara pereza
      y no moviera
      un dedo
      y no se estremeciera.